Vivimos en una sociedad que nos bombardea constantemente sobre lo importante que es tener y no saber. Con ese problema tenemos que lidiar si queremos tener éxito en esta empresa que llamamos educación. Bien merecía la pena la redacción de la unidad si podemos contribuir a tomar conciencia de esto, pero creo que no fuimos lo bastante precavidos al no reparar en el efecto que podían provocar ciertas imágenes.
Banksy no nos deja indiferentes, nos obliga a posicionarnos, cuestiona nuestras ideas y plantea otros debates. No aspiro a explicar las razones que han llevado a Banksy a hacer este graffiti, pero si a que se entiendan las nuestras: realmente la utilización del grafitti no buscaba la provocación ofensiva, ni la crítica, ni la sátira, sino una forma de hacer pensar en la sacralización del consumo, esa forma de vida que está haciendo que se eleve a los altares todo lo material, esa religión a la que no le importa quién seas, sino cuánto tengas: el consumismo. Ya que hablamos de consumo, si nuestros clientes los alumnos, como dice Carlos, son capaces de pensar en ello hablando o debatiendo sobre esta imagen, bienvenida sea. Como bienvenida sería la imagen que muestro arriba para ilustrar esta entrada; creo que hacer pensar es un objetivo del arte, como también lo debería ser el de la educación.
En cualquier caso, agradezco todo lo que se habló en clase porque sirvió para tomar conciencia de cuestiones importantes que debemos plantearnos a la hora de realizar nuestro trabajo. Es una prueba más de que la diversidad de opiniones nos enriquece a todos. Gracias.
Gracias a Mayi, Dani, Armando y Crispín.
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